Desde hace ya un poco menos de cinco
años, bajo una profunda reflexión sobre mi vida y el rumbo al cual estaba llevando,
quise tomar la decisión más importante que nunca antes había tomado.
Analizando entendí que todo lo
que había aprendido hasta ese momento, tenía
errores, que eran aprendizajes a
medias o incorrectos en todos los ámbitos que envuelve a un ser humano de
cualquier parte del mundo, tales como en
lo personal, laboral, espiritual, intelectual, en fin, todo lo que existe en la
memoria que debe saber y poseer un ciudadano.
Lo primero fue aceptar y ser sincero
en mi realidad del momento para diseñar hacia
donde quería estar en un futuro a mediano plazo, de esa forma pude enlistar
cada uno de los objetivos que me harían llegar a esa meta de ser una nueva y
exitosa persona.
La base fundamental del inicio fue
crear un espacio para aprender a desaprender, de poner en blanco todas las
creencias y conceptos que tenía definido en mi mente y una vez liberado,
comenzar como todo un estudiante de primer grado.
En base a esto, actualmente me
encuentro cursando el cuarto grado de aprendizaje de vida y he descubierto
hasta el momento, que en estos casi cinco años, he aprendido más que en todos
los años antes pasados, por ejemplo; saber
el porqué de las cosas, cuando hablar o callar, organización financiera,
administración del tiempo, disposición
para crecer, disciplina mental y espiritual, saber que el éxito no
radica en adquirir bienes, sino valores, creación de espacio para mí y los
míos, etc.
Todo esto ha formado al nuevo
hombre que hoy soy y simplemente ha sido basado en una sola decisión que se
tomó en solo minutos, acompañado de la puesta en ejecución y una constante
perseverancia que me ha permitido no salirme del camino. Es como estar siempre
soñando y un día despertar y vivir la realidad para no seguir dormido, pues comprendí
que nadie iba a cambiar mi vida sino era yo mismo.
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